¿Cuál es la contribución de la química a la sociedad?
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Para muchos, la química es un concepto extraño, que pertenece al mundo académico y a los libros de texto, con poca relevancia en nuestra vida cotidiana. De hecho, sería difícil encontrar un aspecto de la rutina diaria que no esté directamente afectado por la investigación química.
La química es el estudio de las moléculas: los componentes básicos de la materia. Es fundamental para nuestra existencia y dirige nuestras investigaciones sobre el cuerpo humano, la Tierra, los alimentos, los materiales, la energía y cualquier otro lugar. La industria química, apoyada por la investigación en química, sustenta gran parte de nuestro progreso económico y proporciona riqueza y prosperidad a la sociedad. En Australia, la industria química emplea a 60.000 personas y contribuye a nuestro PIB con unos 11.600 millones de dólares anuales.
La teoría química se ha ido desarrollando desde mucho antes de que el “químico” se convirtiera en una posible opción profesional. El fenómeno del fuego fue una de las primeras maravillas que la humanidad trató de comprender y su uso condujo al estudio y la manipulación de los metales. Esto se remonta al año 5000 a.C., cuando se descubrió el cobre y sustituyó a la piedra como material para fabricar herramientas. Se obtenía mediante un proceso llamado
Proyecto de química en la vida cotidiana
La química es esencial para la vida moderna. Desde los productos para el hogar y el cuidado personal, pasando por la ropa y el equipamiento deportivo, hasta los automóviles y la electrónica, la química contribuye a hacer posibles miles de productos de los que dependemos cada día. Y la química aporta una serie de importantes beneficios a estos productos: gracias a las innovaciones en química, los automóviles pueden fabricarse para que sean más ligeros y consuman menos combustible, los materiales de construcción son más duraderos y resistentes, y los aparatos electrónicos, como los teléfonos móviles, los ordenadores y los televisores, han mejorado su funcionalidad para satisfacer las necesidades tecnológicas de los consumidores de hoy en día.
10 usos de la química en nuestra vida cotidiana
Antes de compartir ejemplos de la química en la vida cotidiana, permítenos preguntarte lo siguiente, ¿has notado alguna vez que las diferentes verduras tardan un tiempo determinado en cocinarse? ¿Cómo con sólo añadir polvo de hornear a los pasteles y masas, éstos quedan más esponjosos? ¿Recuerdas el remedio de frotar hierro sobre las picaduras de abeja? ¿Has intentado quitar una mancha de cúrcuma de un paño y te has quedado perplejo al ver que se extendía en lugar de limpiarse? ¿Quiere conocer las explicaciones plausibles de tales fenómenos? Todos estos procesos no son más que reacciones químicas que tienen lugar en la vida cotidiana. Al ser una de las ramas populares de la Ciencia, las aplicaciones prácticas de esta materia van mucho más allá de los “Laboratorios de Química”. Si quieres leer más sobre estos hechos de la química en la vida cotidiana, ¡aquí tienes un blog que arrojará luz sobre los mismos!
Considerada como la ciencia central, la Química implica el estudio de cómo las diferentes sustancias cambian de color, forma y tamaño cuando reaccionan con otro material o un conjunto de sustancias. Además, la aplicación de varias ramas de la química en diferentes campos ha dado lugar a muchos descubrimientos e innovaciones de alto nivel que han ayudado a la humanidad de una u otra manera. Entender la química en la vida cotidiana es importante porque:
Importancia de la química en la educación
Existen multitud de medicamentos para mejorar la salud humana, como antisépticos, analgésicos, antibióticos, desinfectantes, antiácidos, tranquilizantes, etc. Una de las principales contribuciones para frenar la explosión demográfica es la de los fármacos contra la fertilidad, que se han convertido en un elemento importante en la vida de los seres humanos.
Para que los alimentos sean atractivos, nutritivos y apetecibles, se añaden conservantes como aromas, antioxidantes, colorantes comestibles, edulcorantes y suplementos nutricionales. Los conservantes también ayudan a prevenir el deterioro de los alimentos debido a la proliferación de microbios. Las personas que son diabéticas y necesitan evitar tomar sacarosa utilizan edulcorantes artificiales para darles sabor.
Los jabones y detergentes, al ser sales de sodio o potasio de ácidos grasos de cadena larga, tienen una parte hidrofóbica y otra hidrofílica. La parte que se adhiere al agua es la parte hidrofílica al lavar y, por otro lado, la parte hidrofóbica se adhiere a las partículas de polvo. Cuando nos lavamos con agua, la suciedad o el polvo se arrastran con las moléculas de jabón.